martes, 27 de octubre de 2015

La batalla que ocurre en el interior de las personas


Una vieja leyenda cherokee dice: 

“Una mañana un viejo indio Cherokee le contó a su nieto acerca de una batalla 
que ocurre en el interior de las personas. 

Él dijo, "Hijo mío, la batalla es entre dos lobos dentro de todos nosotros". 

"Uno es Malvado: es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, soberbia, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego. 

"El otro es Bueno: es alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad,
benevolencia, amistad, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe. 

El nieto lo pensó durante un minuto y luego preguntó a su abuelo: 

“¿Qué lobo gana?”. 

El anciano Cherokee respondió: 

"Aquél al que tú alimentes."    

viernes, 23 de octubre de 2015

Los tres Canteros (Actitud + Aptitud = Capacidad)



la historia de los 3 canteros. 
Mientras se construía la catedral de Santiago de Compostela , un paseante curioso llega al tajo donde estaban trabajando los canteros. 
Se acerca a uno y le pregunta: ¿Y usted qué está haciendo? 
El primer cantero, que no debía de tener un buen día, le contesta airado: “Aquí, lidiando con esta maldita piedra, con el polvo, el calor, el cabrón del capataz, el sol que no se pone nunca. Esto es un asco”. 
Pasa al segundo cantero, que está haciendo lo mismo, y le formula la misma pregunta: ¿Usted que está haciendo? “Lo que me han mandado: que talle esta roca para hacer un muro”. 
Pasa al tercer cantero, y, otra vez, la misma pregunta: ¿qué está usted haciendo? Pero la respuesta es distinta: 
“¡Estoy construyendo una catedral!”, responde el cantero entusiasmado.


¿Cómo lidiar con un problema? El jarrón de porcelana y la Rosa



EL JARRÓN DE PORCELANA Y LA ROSA



El Gran Maestro y el Guardián compartían la administración de un monasterio zen. Cierto día, el Guardián murió y fue necesario sustituirlo.
 

El Gran Maestro reunió a todos los discípulos para elegir quién tendría el honor de trabajar directamente a su lado.
- Voy a presentarles un problema -dijo el Gran Maestro. -Y aquél que lo resuelva primero será el nuevo Guardián del templo
Terminado su corto discurso, colocó un banquito en el centro del salón. Sobre éste puso un jarrón de porcelana carísimo, con una rosa roja para adornarlo. 

- He aquí el problema -dijo el Gran Maestro. Los discípulos contemplaron, perplejos, lo que tenían delante: los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y la elegancia de la flor. ¿Qué representaba todo eso? ¿Qué debían hacer? ¿Cuál sería el enigma?
Después de algunos minutos, uno de los discípulos se puso de pie, y miró a su vez al Maestro y a los alumnos. Después, caminó resueltamente hacia el jarrón, y lo arrojó contra el suelo, destruyéndolo.
- Tú serás el nuevo Guardián
-le dijo el Gran Maestro al alumno. Cuando éste volvió a su lugar, explicó:
- Yo fui muy claro: les dije que ustedes estaban ante un problema. Sin importar lo bello o fascinante que pueda ser, un problema tiene que ser eliminado.

"Un problema es un problema; puede ser un jarrón de porcelana, un lindo amor que ya perdió su sentido, un camino que ha de ser dejado de lado -pero que insistimos en recorrer porque nos reconforta.


"Sólo hay una manera de lidiar con un problema: atacándolo de frente. En esos momentos, no se puede tener piedad, ni dejarse tentar por el lado fascinante que todo conflicto carga consigo".


domingo, 30 de agosto de 2015

El síndrome del logro


El líder en potencia se caracteriza por lo que se ha dado en llamar el síndrome del logro, cuyas notas distintivas son:

- Aceptan retos razonables, ni muy fáciles ni muy difíciles. Buscan metas con una probabilidad aceptable de ser conseguidas.

- No les interesa lo que es demasiado cómodo o imposible.

- Tienen una visión original de la realidad, que a veces es discutida hasta que ellos la materializan.

- Buscan resultados a medio y largo plazo, no sólo a corto. Los resultados a corto son medios para la consecución de los objetivos a largo término.

- Tienen necesidad de indicadores que les den información sobre si están, o no, consiguiendo los resultados programados.

- Les interesa modificar el entorno en el que se mueven. No sólo los intereses personales. También buscan mejorar las condiciones de vida de los que le rodean.

Este síndrome a todas luces positivo puede convertirse, si se pierde la motivación trascendente, en síndrome de poder, que se caracteriza por que el líder sólo se preocupa por sus intereses y deja de preocuparse por el bien de los demás.

domingo, 2 de agosto de 2015

¿Qué hacen las personas más eficaces? combinan dos cualidades: el foco y la energía.




Las personas más eficaces combinan dos cualidades: foco y energía.

El foco hace que nada los distraiga de la búsqueda de su objetivo.
La energía los impulsa a realizar el esfuerzo necesario para asumir las cargas de trabajo adicionales y cumplir con los plazos.
Al colocar las dos características en una matriz foco-energía, surgen cuatro tipos de conductas gerenciales:

Dilación, propia de quienes carecen de foco y de energía;
Desmotivación (foco alto, con un bajo nivel de energía);
Ansiedad (gente energética, pero desenfocada), y
Determinación (cualidad de quienes muestran altos valores de foco y energía).

Fueron las conclusiones de un estudio que duró 10 años observando la conducta de líderes atareados de un grupo de grandes compañías, entre ellas Sony, LG Electronics y Lufthansa, y descubrieron que el 90 por ciento despilfarra su tiempo en todo tipo de actividades inútiles y que sólo el 10 por ciento lo emplea de manera sensata y confiable.

la conclusión de que los más eficaces combinan dos cualidades: foco y energía.

Foco significa atención concentrada, capacidad de orientarse hacia una meta y de no descansar hasta alcanzarla.
Las personas con buen foco no se sienten obligados a responder automáticamente a todas las cuestiones que se les cruzan en el camino, pues prefieren que nada los distraiga de la búsqueda de sus objetivos. Saben qué quieren lograr, y sopesan cuidadosamente sus opciones antes de decidir el curso de acción. Y, como se comprometen sólo con uno o dos proyectos clave, les dedican toda su atención.
a segunda característica es la energía, es decir el vigor alimentado por un intenso compromiso personal. La energía es lo que impulsa a las personas a realizar el esfuerzo necesario para enfrentar las cargas de trabajo adicionales y cumplir con los plazos.


Según los autores si bien el foco y la energía son rasgos positivos, ninguno de los dos alcanza, por sí solo, para generar el tipo de actitud resuelta que las personas necesitan.

El foco sin energía da lugar a una ejecución apática y consumida.

La energía sin foco se disipa en una ocupación sin un propósito claro o, en su forma más destructiva, en una serie de fracasos inútiles. Se descubrió que, si se colocaba las dos características en una matriz, podrían ofrecer una estructura útil para diagnosticar las causas de la actividad improductiva y encontrar las fuentes de la acción decidida y resuelta.

El gráfico titulado "Matriz foco-energía" identifica cuatro tipos de conducta: 

Desmotivación,
Dilación,
Ansiedad y
Determinación.

La conclusiones señalaban que esos comportamientos reconocen causas internas y externas.

Algunas personas nacen con altos niveles de energía, mientras que otras son, por naturaleza, más reflexivas. Pero es importante no pasar por alto el contexto personal de estas conductas. Algunas personas se desarrollan la cultura de vivir "apagando incendios"; otras engendran conductas cínicas y, consecuentemente, bajo nivel de compromiso.

Los dilatadores

Aproximadamente el 30 por ciento de las personas, carece tanto de foco como de energía. Los denominamos dilatadores. Si bien cumplen con esmero las tareas rutinarias —asistir a reuniones, escribir memos, realizar llamadas telefónicas, etcétera—, fallan a la hora de tomar la iniciativa, mejorar el nivel de desempeño o comprometerse con la estrategia. Algunos dudan, como Hamlet, hasta que la ventana de oportunidades de un proyecto se ha cerrado.

Los desmotivados

Un 20 por ciento de las personas pertenece a la categoría de los desmotivados: su foco es alto, pero tienen un bajo nivel de energía. Algunos están sencillamente agotados y carecen de recursos internos para recuperar el vigor. Otros sienten que no pueden comprometerse con tareas que les significan muy poco. Los gerentes desmotivados plantean fuertes reservas sobre el trabajo que se les solicita, y lo abordan con indiferencia.
Muchos practican una forma de negación que llamamos "evasión defensiva". En vez de reconocer la existencia de un problema y tomar medidas para subsanarlo, se autoconvencen de que el problema no existe.

Los ansiosos

El grupo más numeroso de personas —más del 40 por ciento integra la categoría de los ansiosos. Son aquellos individuos bien intencionados, con alta energía pero desenfocados, que confunden movimiento frenético con acción constructiva. Cuando están bajo presión, sienten la necesidad de hacer algo, lo que fuere. Esto los hace tan peligrosos como un elefante en un bazar.

Los que poseen determinación

Alrededor del 10 por ciento de los gerentes estudiados  eran altamente energéticos y su foco también era alto. Las personas que poseen determinación no sólo hacen un esfuerzo mayor que los demás, sino que cumplen más a menudo con las metas cruciales de largo plazo. Suelen conocerse más a sí mismos que la mayoría de la gente. El hecho de tener en claro lo que se proponen, combinado con una férrea voluntad, los ayuda a administrar bien su tiempo. 

Eligen sus objetivos —y sus batallas— con mucho mayor cuidado que los demás.

Tomar decisiones meditadas puede ser un proceso difícil e incluso doloroso.

Se puede evitar que evitemos la energía o foco, o ambas cosas. Lo cual implica prestarle más atención a la forma en que cada persona percibe el significado de su trabajo, en un sentido amplio: cuáles son los desafíos que enfrenta y con qué margen de autonomía contamos. Sólo puede lograrse con el compromiso, la implicación y la motivación .


Con una metáfora sorprendente, el escritor francés y piloto en la Segunda Guerra Mundial, Antoine de Saint-Exupéry, les indicó a su equipo el rumbo correcto:

 "Si quieren construir un barco, no les pidan a los hombres que vayan al bosque a buscar madera, la corten y luego claven las tablas. En vez de hacer eso, enséñenles a anhelar el mar". 

Este "anhelo del mar" proviene, en el caso de las personas, de dos fuentes: un desafío significativo y una elección personal. Si combinamos el desafío y la elección con una intensa sensación de urgencia, habremos avanzado mucho en la creación de una receta para el éxito verdadero.

Fuente: Cuidado con el gerente ocupado, HBR

lunes, 20 de julio de 2015

¿Y cómo nacen las emociones?


Las emociones son elementos que afectan e influyen en el proceso de aprendizaje; consecuentemente, influyen en el proceso de toma de decisiones. 
De hecho, somos esencialmente “creadores de soluciones” para nuestra vida. Algunas veces somos creadores no-conscientes y otras veces sí pensamos (de una forma semi-automática o plenamente conscientes). 
En cualquier caso, a la hora de aportar las soluciones, necesitamos de ese elemento que es parte de todo el proceso y que tiene que ver con la emoción y el sentimiento.
Según Antonio Damasio "las emociones no nacen, sino que son parte de un sistema automatizado que nos permite reaccionar ante el mundo, de una forma inmediata y sin necesidad de pensar, con el cual ya venimos dotados desde el nacimiento. 
Las emociones forman parte de esa compleja maquinaria en la que intervienen las recompensas y los castigos, el estímulo y la motivación… y todo aquello que hace que deseemos comer, beber, practicar sexo… 
Las emociones son parte del proceso de la regulación de un cuerpo vivo, y se presentan con diferentes “formas y sabores”. 
Hay unas emociones primarias y sencillas como son: 
el miedo, 
la rabia, 
la felicidad o 
la desdicha… 
Hay emociones sociales, más complejas, como: 
la compasión, 
el desprecio, 
la admiración, 
el orgullo…
Son, todas ellas, parte del equipo básico con el que nacemos. Este equipamiento, primario y original, no es aprendido como un hecho. Lo que sí aprendemos a hacer a lo largo de nuestra vida (desde muy temprano) es a: 
asociar emociones -y sus correspondientes sentimientos- con ciertos objetos o eventos; podemos aprender que una persona, objeto o casa, nos causa miedo. 
Aprendemos entonces esta conexión entre el objeto y la emoción, creando un sentimiento. 
No aprendemos las emociones, ya que nacemos con ellas, aprendemos a conectar las emociones a través del sistema de hechos, con una emoción que ya está ahí. Ambos van unidos. Este es un hecho muy importante para todas aquellas personas que pueden estar interesadas en el marketing o la comunicación, o incluso para quienes están diseñando modelos de negocio. 
Las emociones alcanzan sus objetivos al generar accionesY son esas acciones las que acaban generando lo que llamamos sentimientos. 
Esto fue algo que nunca se entendió hasta hace bien poco. Cuando una emoción hace su trabajo, crea una acción. Esa acción va dirigida hacia el estado interior de nuestro organismo, en su conducta y en su mente." 
Fuente: Extracto de la entrevista con Antonio Damasio  publicada en Executive Excellence nº85 oct11

domingo, 19 de julio de 2015

¿Qué pasa cuando falla la motivación?


Surge el deber

El deber es un marco de seguridad que nos salva cuando la motivación no funciona. Pero eso no quiere decir que tengamos que descuidar a la motivación.

“Es triste tener que hacer por deber lo que podríamos hacer por entusiasmo”. Ortega

 el inconsciente, es el manantial del que proceden los deseos, los impulsos y la motivación.

Considero que no se puede motivar a las personas, las personas se motivan solas, podemos generar un ambiente y proporcionar las herramientas para que se produzca la chispa que encienda la llama de la motivación que cada persona tiene dentro y que logre (Marina):

1.-  Emerger sus energías dormidas,
2.- Incentivar su acción,
3.- Animar sus esperanzas.

“Para conseguirlo, se tiene que apelar a los tres grandes e inevitables deseos que tienen los seres humanos, niños, adolescentes, adultos o ancianos.

El primero es pasarlo bien, disfrutar, sentirse seguros. Es el deseo hedónico.

El segundo es la necesidad de querer y ser querido, de ser reconocido y valorado. Es el deseo de vinculación social.

El tercero me impulsa a progresar, a sentirme capaz, a encontrar sentido a las cosas.

Nadie quiere sentirse insignificante ni sentirse empantanado.

Hay en todos nosotros un deseo de sentido, de superación, de progreso que no podemos evitar y que, si lo hacemos, acaba pasando una pesada factura:

el desánimo, la depresión, el aburrimiento, la desesperanza.


Si no estamos motivados, ¿qué podemos hacer? Intentar aplicarnos lo que sabemos sobre motivación. Y, si no funciona, cumplir con nuestro deber, con ganas o sin ganas.”

Fuente: Jose Antonio Marina

sábado, 18 de julio de 2015

M O T I V A C I Ó N, El motor personal


Hay dos maneras de motivarse: una es a través de la emoción y la segunda mediante el pensamiento o la razón (Marina) La primera  es una energía que lanza a la acción, que resulta querida, amorosamente deseada. La pensada, en cambio,  debería dirigir la acción, pero no tiene fuerza, por más que pongan en las cajetillas de cigarrillos que Fumar Mata, no dejas de fumar. Es entonces cuando aparece el deber.

Es mejor estar motivado para hacer las cosas a través de las emociones, porque eso facilita el compromiso, el interés, el ánimo, la energía, favorece la atención y aleja el cansancio. Pero no es imprescindible para actuar.

Según Juan Carlos Cubeiro La palabra motivación genera un índice de diez bloques que son el "motor propio"


Motivación (Movilización, Orientación, Tiempo, Ilusión, Verbalización, Agradecimiento, Cultivar o cuidar tus relaciones, Irreparabilidad, Optimismo y Naturalidad

1.- M de Movilización 
Es importante saber qué es lo que nos mueve, lo que nos hace despertar con ilusión cada mañana

2.- O de Orientación
De saber cuales son nuestros retos

3.- La T del Tiempo
El tiempo vivo, porque en realidad no gestionamos el tiempo, sino la energía

4.- La I de Ilusionarse
Hay que desvivirse por vivir

5.- La V es de Verbalización
El cerebro humano piensa a través de palabras, por ello, debemos emplear términos positivos de acción, de influencia honesta

6.- La A de Agradecimiento
La gratitud está considerada como uno de los grandes antidepresivos

7.- La C es de Cuidar tus relaciones
Hay que cultivar el talento (el talento que no se aprecia se deprecia)

8.- La segunda I se refiere a lo irreparable
A vivir el duelo adecuadamente, a encajar lo doloroso para salir adelante

9.- La segunda O es de Optimismo
optimismo inteligente y responsable, según Martin Seligman las personas (el optimismo se mide, se analiza, se desarrolla), viven 12 años más que los pesimistas

10.- Y la N final es de Naturalidad

Hay que disfrutar de los placeres de la vida, como una charla entre amigos, un buen paseo, una deliciosa comida, etc

Fuente: Revista El curso

jueves, 25 de junio de 2015

Yo soy yo



Por: Virginia Satir

En todo el mundo no hay nadie como yo. 

Hay personas que tienen algo en común conmigo; mas nadie es exactamente como yo. 

Lo que surge de mi es verdaderamente mío y de mi pertenencia. 
Soy dueña de todo lo que me concierne:
  De mi cuerpo, incluyendo todo lo que hace;
 de mi mente, incluyendo todos sus pensamientos e ideas;
 de mis ojos, incluyendo las imágenes que elijo contemplar;
 de mis sentimientos, cualesquiera sean: ira, gozo, desilusión, frustración, amor, excitación o desencanto;
 de mi boca, y de todas las palabras que de ella salen con rudeza o con delicadeza, sean ellas de cortesía o de ternura; correctas o incorrectas, sutiles o groseras, corteses o impiadosas.
 de mi voz, sea fuerte o suave,
 de todas mis acciones, dirigidas a los otros o hacia mi misma. 

Soy la dueña de mis fantasías, de mis sueños, de mis esperanzas, de mis temores.
 Soy la dueña de todos mis triunfos y de todos mis fracasos; de todos mis aciertos y de todos mis errores.
 Como soy la dueña de todo lo que yo soy, soy yo quien puede llegar a conocerme en la intimidad.
 Soy capaz de amarme; de ser afectuosa conmigo en todo lo que me forma.
 

Soy capaz de mejorar trabajando para mi mejor provecho. Soy conciente de que hay aspectos de mi misma que me embrollan,
y de la existencia de otros aspectos que no conozco todavía.
 Mas mientras persista respetuosa y amorosa conmigo misma,
 valiente y esperanzada, puedo buscar las soluciones a todos los embrollos; puedo encontrar los medios para llegar a conocerme más. Sea cual sea mi imagen visual y auditiva,
diga lo que diga, haga lo que haga, piense lo que piense y sienta lo que sienta en un instante del tiempo,
esa soy yo.


Esto es lo real y lo que refleja donde estoy en ese instante del tiempo.
Más tarde, al revisar mis anteriores imágenes visuales
al repasar lo que dije y lo que hice; lo que pensé y lo que sentí,
quizás descubra que algunas piezas no encajan por completo. Puedo descartar lo que no encaja;
Y conservar lo que efectivamente encajó bien.


Puedo inventar algo nuevo y ponerlo en su lugar


Puedo ver, oír, sentir, pensar, decir y hacer.
 De mi vida soy la dueña y soy dueña de mi misma 
Usando las herramientas para sobrevivir,
 para vivir y estar cerca de otros,
para ser productiva, y encontrar el sentido a las cosas que me ocurren
para descubrir el orden de mi mundo
 con la gente y con las cosas de mi mundo.
 

Soy dueña de mi misma,
Y por ello puedo construirme; moldear mi razonamiento y perfeccionarme


Eso está muy bien Yo soy yo
 y estoy muy bien.


Las 5 libertades personales


Las 5 libertades por Virginia Satir

1.- La libertad de ver y oír lo que hay,
 en lugar de esperar lo que debería ser, lo que era, o lo que será.


2.- La libertad de decir lo que siento y pienso,
 en lugar de decir lo que pienso que debería decir.


3.- La libertad de sentir lo que siento,
 en lugar de sentir lo que creo que debería sentir.


4.- La libertad de pedir lo que quiero,
 en lugar de esperar el consentimiento ajeno.



5.- La libertad de correr mis propios riesgos
 en lugar de conformarme con la seguridad.





martes, 23 de junio de 2015

La fórmula del talento



la fórmula del Talento (Luis Croes):

T = (c+v) * a.

El Talento es = a la suma de conocimientos y valores multiplicado por la actitud.

Las Claves sobre el Talento.

1.- el Talento es “Capacidad x Compromiso”

La Capacidad es = Aptitud (Conocimientos, Habilidades) + Actitud (Comportamientos). (Dave Ulrich)

2.- la Actitud se compone de (David McClelland y Lyle Spencer) :

- autoimagen (cómo nos vemos a nosotros mismos),
- rasgos de personalidad,
- valores. Los valores (vividos, no enunciados) están ahí, pero solo los tenemos en cuenta a través de comportamientos observables (de actitud) y
- Las motivaciones personales.

Según Juan Carlos Cubeiro no podemos multiplicar los valores por la actitud porque la actitud es consecuencia de determinados valores.”

3.- El compromiso, que es la energía que le ponemos a lo que hacemos.

Una combinación de cuatro energías:

- La física (rendimiento),
- La mental (concentración, foco),
- La emocional (ánimo) y
- La espiritual (de coherencia de valores).

“Personas muy capaces pero poco comprometidas muestran poco Talento”.

Para terminar con las matemáticas del carácter (JCC) complementa la formula de Dave Ulrich

 “El Talento es Capacidad por Compromiso en el Contexto adecuado”. El entorno, el contexto, es esencial

El contexto son 4 C:

- Cultura corporativa,
- Clima laboral o ambiente de trabajo,
- Compensación (más allá de la retribución) y
- el grado de Cooperación.

Estas cuatro C que expone (JCC) las enmarco en el factor de negocio y debemos  lograr la armonía con el factor del Ocio y el relacional


El conocimiento de la fórmula del talento y sus tres variables  generan el autoconocimiento necesario para determinar nuestras coordenadas y así nuestra posición relativa en la ruta hacia el éxito verdadero

Que lo que hagamos nos haga felices y nos proporcione bienestar
Que lo que hagamos  haga felices y le proporcione bienestar a los que nos rodean
Que lo que hagamos genere un ambiente de felicidad y bienestar

Fuente: Juan Carlos Cubeiro 

¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?


Cuando sientas que el árbol no te deja ver el bosque, Cuando sientas que el bosque no te deja ver los bosques, detenerse, descansar, tener un plan y planificar nos permitirá gestionar nuestra energía no solo nuestro tiempo, debemos conseguir tiempo para el árbol , para el bosque y para los bosques.




Todos tenemos una velocidad que depende de la distancia por el tiempo, pero en ocasiones necesitamos gestionar la energía necesaria para llegar a la velocidad de crucero, a la constancia que nos permitirá  terminar lo que empezamos. Trabajamos en proyectos  dependientes, independientes e interdependientes. Afilar el hacha es una actividad importante que tenemos que activar nosotros mismos para dar expresión a nuestra motivación y como nadie puede hacerlo por nosotros. 

Debemos hacerlo nosotros mismos, Haciendo, reflexionando, pensando y decidiendo.

En ocasiones nos enfocamos en complacer a los demás sin pensar en nosotros , justificando nuestras responsabilidades o nuestro deber. 

Pensar en uno mismo, detenerse y observar la distancia que nos falta, el tiempo que tenemos y los recursos con los que contamos. Es ver el bosque.

¿El leñador que se propuso hacer un buen papel?

Había una vez un leñador que se presento a trabajar en una maderera.
El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel.

El primer día se presento al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque. El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un solo día cortó 18 árboles.

- Te felicito -le dijo el capataz -. Sigue así.

Animado por las palabras del capataz, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó bien temprano.
A la mañana siguiente, se levantó antes que nadie y se fue al bosque.

A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de 15 árboles. - Debo estar cansado – pensó.

Y decidió acostarse con la puesta de sol.

Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de 18 árboles. Sin embargo, ese día  no llegó ni a la mitad.

Al día siguiente fueron 7, luego 5, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol.

Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento... Cabizbajo, apesadumbrado, se acercó al capataz...
Y al relatarle lo sucedido...

El capataz tranquilo y mirándole a los ojos le dijo:

“Tan solo una pregunta... ¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?".

- ¿Afilar?-respondió él - No he tenido tiempo de afilar: he estado demasiado ocupado talando árboles!!!

Fuente: El leñador tenaz de Jorge Bucay





¿De qué sirve, empezar con un enorme esfuerzo que pronto se volverá insuficiente? Cuando me esfuerzo, el tiempo de recuperación nunca es suficiente para optimizar mi rendimiento.


Descansar, cambiar de ocupación, hacer otras cosas, es muchas veces una manera de afilar nuestras herramientas. 

Seguir haciendo algo a la fuerza, en cambio, es un vano intento de reemplazar con voluntad la incapacidad de un individuo en un momento determinado.