jueves, 28 de julio de 2011

Los 12 recursos fundamentales del buen carácter

El buen carácter sería aquel que dispusiese de muchos recursos íntimos.
Los recursos personales o íntimos son aquellas capacidades, saberes, detrezas, rasgos de carácter, que facilitan el acceso de una persona a la felicidad, debido a que la hacen más posible, aunque no la aseguran
Se pueden seleccionar 12 recursos fundamentales que componen una primera aproximación al buen carácter.
Son los siguientes:
1. La seguridad básica. La confianza proviene del ambiente afectivo en el que se unen la calidez y el control. Es el inicio de la autoridad sobre la propia vida, el principio de la seguridad. Las experiencias vitales pueden ser complicadas, pero con estos elementos el carácter se mantiene y la persona sigue adelante. Los estilos de crianza fueron importantes para adquirir esta seguridad básica.
2. El equilibrio afectivo. el temple.  El equilibrio significa elegir de entre todo lo posible aquello que nos beneficia (la afectividad nos enseña qué nos conviene) y establecer un orden sentimental y saber juzgar lo valioso y lo deseable frente a lo que está vacío o es destructivo. La templanza es una capacidad relacionada con la fuerza y la serenidad del carácter.
3. La sabiduría. Es la apertura a la experiencia y a la realidad, sabiendo aceptar lo que es cada cosa. Construye las creencias, permite la reflexión y la crítica. Une los dos hábitos de la inteligencia en una racionalidad poética que al mismo tiempo inventa y justifica lo inventado. La sabiduría conduce a la acción.
4. La fortaleza. Se concreta en el valor, atreverse, y en la perseverancia. Es una decisión que lleva a sostener el esfuerzo por algo que consideramos bueno. La resistencia y la capacidad de recuperarse de las experiencias difíciles, y la paciencia, forman parte de este recurso.
5. La diligencia. Es la adecuación de la acción a los valores, al cuidado de lo valioso, surge del amor y enseña a que sea el objeto que se cuida – o la persona- el que marque el tiempo de la acción. La dificultad para comenzar las tareas es un gran problema actual.
 6. Autonomía responsable. Es el reconocimiento del yo al mismo tiempo individual y social, lo que conduce a la responsabilidad y a la libertad comprometida con lo que somos en conjunto.
7. La creatividad. Es la ampliación de la realidad a través del descubrimiento de nuevas posibilidades de conocimiento y lleva a la resolución de los problemas. Es un acto generoso porque hace posible que algo valioso pertenezca a la realidad, se comparta. Puede dar lugar a una pedagogía de la posibilidad, a un empeño por lo que podría ser.
8. La alegría. Es un sentimiento de plenitud, amplía la extensión de lo vital, conquista espacios para la persona. Es un recurso muy importante.
9. La sociabilidad. Es una característica esencialmente humana, que llega a su plenitud en la amistad, pero también en la construcción de sistemas más complejos de relaciones que permitan una convivencia enriquecedora.
10. La compasión. Es sentirse afectado por el dolor de los demás, produce sufrimiento pero también da lugar a estrategias de ayuda. Se trata del beneficio común y de la conciencia de que somos parte de un todo.
11. El respeto. Es el sentimiento adecuado ante lo valioso. Es el reconocimiento que los demás hacen de nuestra dignidad y viceversa. La aceptación de los principios exige la reciprocidad.
12. El sentido de la justicia. Es una necesidad para asegurarnos que el resto de recursos fundamentales estén al alcance del conjunto de la sociedad. Su expresión son los derechos y el sistema de reciprocidad y colaboración que sostienen


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