miércoles, 16 de febrero de 2011

El mejor talento está en el equipo


La sinergia entre los miembros de un grupo de trabajo incrementa los esfuerzos individuales; considera que los resultados, por separado, son menores a la suma de los mismos.

En busca de estrategias para mejorar la productividad en época de crisis financiera se recurre a una de las más rentables y generosas para el capital humano: el trabajo en equipo.

Ésta es innata en los humanos, desde que nacemos interactuamos con otros semejantes para sobrevivir; los contactos para comunicarnos y realizar nuestras actividades requieren de otros personajes que determinan el éxito de la actividad; el objetivo en ocasiones es el juego, en otras, es obtener un beneficio material, económico, etcétera.

En suma, el trabajo en equipo en las empresas se puede utilizar para el logro de objetivos y se refleja en la productividad, que, cuando se hace sustentable, se convierte en una ventaja competitiva en el mercado global.

En una organización, es un grupo de personas comprometidas con causas en común, con metas definidas y formas de trabajar acordadas en beneficio de la empresa con la que se sienten responsables. Los grupos que suelen trabajar en equipo crean sinergia, es decir, hay un incremento marginal de cada uno de los esfuerzos individuales, que, separados, serían menores a la suma de los mismos.

La dirección de la empresa debe considerar la importancia de esta estrategia, además de que no se requiere inversión alguna, el aprendizaje dirigido es un proceso que debe alinearse para desarrollar esta competencia que se centra en la capacidad de trabajar de manera inteligente, reconociendo la posibilidad intelectual y física de cada uno de los integrantes.

Se recomiendan los siguientes pasos:

-Diagnóstico de capacidades. Es necesario el reconocimiento de las capacidades de los integrantes; un Diagnóstico de Necesidades de Capacitación (DNC) puede proporcionar la suficiente información para determinar cuáles son los cursos que se requieren para el grupo y cuáles son los que se necesitan para cada trabajador.

Las preguntas que se deben responder en este paso son: ¿con quién se cuenta para realizar las actividades de la compañía?, ¿quiénes pueden hacerlas de una mejor manera? ¿cómo se pueden desarrollar estas competencias que se necesitan para cada actividad?

-Alinear el trabajador al puesto. El análisis de las diferencias entre las capacidades que el puesto debe tener contra las capacidades y competencias con las que cuenta el trabajador, es la brecha a cerrar para que a través de capacitación se atiendan las deficiencias. Las preguntas a resolver son: ¿las formas en que realiza el trabajador sus tareas son correctas? ¿las actividades se realizan con el estándar deseado?

-Desarrollar competencias de habilidad social. En el DNC se puede detectar el nivel de habilidad social de cada trabajador; esta competencia es fácil de resolver si se forman equipos complementarios, es decir: ‘armar' equipos con trabajadores que complementan tareas y personalidades, mientras se alinean las conductas en beneficio del clima laboral. En este tercer paso debe responder a estas preguntas: ¿los trabajadores colaboran entre sí de la mejor manera posible?, ¿son compatibles sus personalidades?, ¿es necesario que interactúen entre sí en todas las tareas? ¿se pueden evitar contactos para eliminar posibles rechazos de tareas ligadas en el proceso de trabajo?

-Planear las actividades grupales. Determinar quiénes y cuándo se deben reunir en equipos para una tarea específica o una tarea de rutina; la organización del trabajo es más compleja cuando se aspira a desarrollar equipos autodirigidos, el empleado que cuenta con multihabilidades o es multifuncional necesita mantenerse en pleno crecimiento y sería frustrante compartir esfuerzos si no es necesario.

-Evaluación de los resultados. Cada equipo debe evaluarse por sí mismo, presentar el resultado en el periodo que se necesite, —mensual, semanal, anual—, por lo que el equipo debe contar con mecanismos de autocorrección para la siguiente tarea a realizar. Las preguntas en este paso son: ¿lo están haciendo bien?, ¿es el resultado lo que se desea de cada tarea o actividad grupal realizada?

-Consolidación de equipos de trabajo competitivos. Al cumplir de manera exitosa los pasos antes mencionados, se puede aspirar a contar con equipos muy competitivos. Con eso se logra la ventaja competitiva sustentable y, así, la empresa tendrá la plataforma necesaria para lograr objetivos cada vez más altos en beneficio de todos. Los seres vivos sufren un proceso de transformación, de cambio natural, las personas que conforman grupos y equipos humanos también se transforman día con día, lo cual, a su vez, hace que los equipos estén cambiando a cada momento; del mismo modo, transforman de manera positiva a la organización a la cual pertenecen (García, 2003).

El trabajo en equipo se refiere a la forma en que un grupo humano utiliza las estrategias, procedimientos y metodologías para lograr las metas propuestas. Las nuevas tendencias laborales y la necesidad de reducir los costos llevaron a las compañías a pensar en los equipos como una forma de trabajo habitual; en este sentido, las nuevas estructuras de las organizaciones, más planas y con menos niveles jerárquicos, necesariamente requieren una interacción mayor entre las personas, que sólo puede lograrse con una actitud cooperativa y no individualista.

EL TRABAJO EN EQUIPO 

Es una integración armónica de funciones y actividades desarrolladas por diferentes personas. Para su implementación requiere que las responsabilidades sean compartidas por sus miembros. Necesita que las actividades desarrolladas se realicen en forma coordinada y que los programas que se planifiquen en equipo apunten a un objetivo común. 

En este sentido, los cinco aspectos intangibles en la formación de equipos son:

-Cohesión. Se refiere a la atracción que ejerce la condición de ser miembro de un grupo.

-Asignación de roles y normas. Todos los grupos asignan roles a sus integrantes y establecen normas, aunque esto no se discuta explícitamente.

-Comunicación. Una buena comunicación interpersonal es vital para el desarrollo de cualquier tipo de tarea.

-Definición de objetivos. Suele ser muy importante que los integrantes del grupo tengan objetivos en común con relación al trabajo del equipo y que cada uno pueda explicitar claramente cuáles son sus propósitos individuales.

-Interdependencia. El aprendizaje colaborativo se caracteriza por la interdependencia positiva que existe entre las personas participantes en un equipo, quienes son responsables tanto de su propio aprendizaje como del conocimiento del equipo en general. Las ‘dimensiones críticas' suceden cuando todos los miembros del grupo de trabajo saben cuáles son sus virtudes y defectos, así como los de los demás, para que puedan apoyarse uno a uno en el mejor momento o de la mejor manera.

Existen diferentes denominaciones para el trabajo en equipo, las más comunes son:

-Grupos de trabajo: Éstos toman decisiones; cada persona es responsable de su área y no hay un gran reto o meta.

-Seudo equipos: No se comprometen a trabajar en equipo ni a mejorar, sus metas no están claras; no hay buena comunicación, hay conflictos y no se resuelven.

-Equipos potenciales: Existe un reto, misión y deseo de trabajar en equipo, pero no hay compromiso en la forma de cómo llevarlo a cabo.

-Equipos efectivos: En éstos se comparte una misión en común con esto, crean confianza, existe una comunicación abierta y honesta. El trabajo en equipo fomenta la creatividad y la innovación; es necesario que para una adecuada labor en grupo se relacione el liderazgo adecuado con la misma y se promueva la comunicación efectiva al interior de éste, por lo que se hacen las siguientes recomendaciones:

Liderazgo efectivo. Contar con un proceso de creación de una visión del futuro que tenga en cuenta los intereses de los integrantes de la organización. Es necesario desarrollar una estrategia racional para acercarse a esto, obteniendo el apoyo del centro fundamental del poder para lograr lo anterior e incentivando a las personas, cuyos actos son esenciales para poner en práctica la estrategia.

Promover canales de comunicación. Tanto formales como informales, haciendo lo posible por elminar, al mismo tiempo, las barreras comunicacionales y fomentando, además, una adecuada retroalimentación.

Existencia de un ambiente de trabajo armónico. Permitiendo y promoviendo la participación de los integrantes de los equipos, donde se aproveche el desacuerdo para buscar una mejora en el desempeño.
Cabe destacar que los equipos de trabajo se deben organizar en torno a equipos y procesos y no alrededor de funciones especializadas como se piensa.

En algunas empresas, como Unilever, la organización piramidal tradicional fue reemplazada por equipos ‘interfuncionales', que cuentan con habilidades múltiples y autodirigidos; en este tipo de estructuras, los empleados están cambiando de puesto todos los días, con lo que se demuestra que es intencional el esfuerzo por evitar que los trabajadores consideren que su labor es solamente un conjunto limitado y específico de responsabilidades (Dessler, 2001).

El vuelo de los gansos es en forma de ‘V'. Esa formación les permite incrementar la velocidad en 70% y la distancia en más de 50% y, sin lugar a dudas, esto no sería posible si no ‘rompen' el aire con esa formación.

Además, el ‘líder' -el que va en la punta- se turna cuando se cansa; otro pasa a ese lugar y, así, el equipo de trabajo logra mejores objetivos. Este mensaje de animales racionales debemos capitalizarlo en la empresa.

Por: Ignacio González , El autor es profesor e investigador SIN-I de la División de Negocios del Departamento de Administración y Finanzas del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus Santa Fe.
Fuente: CNNE

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